Cuando un soldado romano se enrolaba al servicio del Estado, prestaba el juramento militar, por el que declaraba que cumpliría las condiciones del servicio. Si infringía este código de conducta era sometido a un castigo.
Los casos más severos eran motín, deserción, rebelión, traición o robo.
Motín rebelión o extrema cobardía
Se aplicaba el diezmo. Consistía en aislarla del resto de la legión y dividirla en grupo de diez soldados. Se echaba a suerte quien debía ser ejecutado, el elegido era castigado por los otro nueve restantes.
Desertar en el campo de batalla
Si los soldados eran encontrados ocultos bajo los cadáveres o atrapados en el momento de huir, podían ser apedreados, golpeados hasta la muerte o se les clavaba una espada o lanza por la espalda y dejados como alimento para buitres.
Sin embargo, si lograban escapar no eran perseguidos, sino que vivían bajo la amenaza de expulsión de Roma como ciudadanos.
Asesinatos y actos de traición
Las penas eran morir siendo lanzados a las bestias salvajes, ahorcamiento o crucifixión, cuyo castigo era doble pues no sólo se ponía fin a la existencia del condenado sino que además los individuos morían sin reposar los pies sobre la tierra, no obteniendo el amparo de los dioses Manes.
Los comportamientos punibles iban desde facilitar información al enemigo y obstruir cualquier medio la victoria romana sobre un rival, a cambiar de bando situándose entre las filas enemigas.
Actos de menor envergadura
Azotes, el centurión azota al individuo en privado (castigato)
Flagelación simple, azotes públicos delante de la cohorte o legión
Flagelación pública con el látigo corto (flagrum)
Restricción de las raciones cebada en vez de grano
Multas reducción del salario
Degradación de rango (gradus delectio)
Traslado de cohorte
Renovación del juramento militar
Mayores tareas ( munerum indictio)
Reducción de las ventajas ganadas
Licencias deshonrosas. (misio ignominiosa)
Humillación pública
Suetonio alaba la severidad de Augusto “cuando las cohorte había retrocedido, las diezmaba y las alimentaba con cebada. Cuando los centuriones desertaban de su cuerpo, los castigaba con la muerte, como si se trataran de simples soldados y sobre otras penas los mantenía en pie ante la tienda del general, vestidos únicamente con una simple túnica, sin cinturón, o sostener en la mano una pértiga de diez pies o un manojo de hierba Era un castigo moral ya que los centuriones estaban exentos de trasportar varas.
Castigos mayores
Sentencia por deserción o abandono del servicio (fustiarium / bastinado)
El individuo podía ser apedreado o apaleado con palos o garrotes hasta la muerte
Sentencia por amotinamiento deserción o negligencia decimatio
Por traición se aplicaba también la crucifixión
Fuentes:
Dando Collins Legiones de Roma,la Esfera de los libros Madrid.2012
Connolly Las legiones romanas Espasa Calve 1981








