Sabíais que este día llegaría, y nosotros también, pero no hacíamos más que dar vueltas para evitarlo, hasta que ya ha sido imposible. Ya introdujimos el tema con aquella historia sobre hacer las paces midiéndosela, pero hoy ya ha llegado el día: vamos a hablar de penes. Y diréis “¿esto no es un blog de Historia?” Sí, claro, por eso os proponemos un recorrido histórico para conocer algunos de los penes más célebres de la historia y algunos otros datos falocéntricos curiosos.
Los penes de la suerte en Grecia y Roma
Pene, verga, polla, cipote, nabo, nardo, picha, falo, rabo, chorra, pito, carajo...
Los penes de la suerte en Grecia y Roma
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| Este es Príapo (el de la barba). |
No obstante, estas no son las únicas culturas que empleaban el pene como símbolo de buena suerte y fertilidad, en la antigua India encontramos el lingam, y en Egipto encontramos un dios similar a Príapo, el dios Min.
Los penes y la Biblia
En la Biblia encontramos varias historias relacionadas con el miembro viril, pero una de las más curiosas cuenta lo siguiente: un día, el futuro rey David acudió a ver al rey Saúl, pues quería manifestarle al monarca que estaba locamente enamorado de su hija. El rey, al conocer esta noticia, en lugar de pedir la tradicional dote a David, le pidió que le trajese los prepucios de cien filisteos. Saúl sabía que esto era una misión imposible, y es que en realidad su objetivo era hacer caer a David en manos de sus enemigos. Sin embargo, David volvió, y no lo hizo con cien prepucios filisteos, ¡sino con doscientos! De esta manera, Saúl concedió a David la mano de su hija Mical.
Heliogábalo y los rabos de burro
Heliogábalo es uno de esos personajes que volverán a pasar por nuestro blog, pues su gobierno como emperador romano estuvo salpicado por múltiples escándalos y extravagancias. La que relacionamos con la temática de esta entrada es el hecho de que su guardia personal fuera conocida como “los rabos de burro”, ya que sus miembros (ojo) eran reclutados en las termas seleccionando a los mejores dotados. El hecho no es de extrañar sabiendo que Heliogábalo los usaba como algo más que meros guardias.
El pene de Napoleón
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| "¿La última, por favor?" |
Si el dicho es cierto, Napoleón es el mejor ejemplo de que “el tamaño no importa”. Y es que el emperador francés padeció un desorden endocrino que limitó el crecimiento de su pene a 6,6 cms. en erección y 4,2 en reposo según el urólogo John Lattimer. Decimos que el tamaño no importa porque esto no impidió que fue un incansable amante y que gozase de un reconocido éxito entre el público femenino. A la muerte del emperador, el clérigo Vignali ordenó cortar el pene del cadáver, pues nunca perdonó que Napoleón lo acusara a él de impotente en público. Su pene pasó así a ser una reliquia que aún hoy pasa de mano en mano y de subasta en subasta.
Rasputín
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| "Aquí, con el falo de Rasputín". |
Juan Baptista dos Santos
Este era el nombre de un gitano nacido en Faro (Portugal) que pasó a la Historia por unas curiosas deformaciones físicas: en primer lugar, lo más llamativo es que Juan tenía una tercera pierna, y no penséis mal, esta vez no estamos hablando de penes, es que de verdad tenía tres piernas, pero la extra no tenía movilidad ni sensibilidad. En segundo lugar, ahora sí, Juan contaba con dos penes completamente operativos y tres escrotos, dos de ellos con un único testículo, es decir, cuatro testículos en total. Pese a estas rarezas, pudo hacer una vida completamente normal, con relaciones sexuales satisfactorias (suponemos). De hecho se dice de él que mantuvo relaciones con Blanche Dumas, que también tenía la misma deformación (no dos penes, sino tres piernas).
John Wayne Bobbitt y Lorena Bobbitt
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| El doctor James T. Sehn sostiene una imagen del fragmento cercenado durante el juicio. |
¿Y el pene más famoso?
Muchas webs han tratado de responder a cuál es el pene más famoso de la historia, y se han elaborado muchas encuestas entre las que siempre suele destacar el del David de Miguel Ángel, sin embargo, nos ha llamado especialmente la atención la inclusión en los últimos análisis del pene de Bart Simpson: y es que, aunque Bart ha aparecido desnudo en un sinfín de capítulos de Los Simpson, nunca en más de 20 años de historia de la serie se le había visto el pene, hasta que la autocensura cayó con la publicación de Los Simpson: la película, donde sí que se puede ver.
¿Y tú qué opinas? ¿De qué otros penes deberíamos hablar?










