LA MASONERÍA EN EL CINE

En esta entrada del blog vamos a enumerar una serie de películas en las que la Masonería aparece de distintas formas. En unas ocasiones lo hace a través de símbolos propiamente masónicos; en otras a través de elementos rituales más o menos explícitos, y en ocasiones también a través de elementos conceptuales. Las películas corresponden a distintas etapas de la historia del cine y, como puede apreciarse, la influencia de la Masonería puede plasmarse en el cine de maneras muy diversas.






La Búsqueda es una eficaz película de aventuras que intenta plasmar la enorme influencia espiritual que ha tenido la Masonería en la formación de Estados Unidos. En la primera entrega el argumento versa en torno a la búsqueda del tesoro de los Templarios que supuestamente partió de La Rochelle en dirección a las costas americanas antes de la caída de la Orden. Con esta excusa se va recorriendo la simbología fundamental de una nación que se ha convertido en adalid de los valores masónicos.  La iconografía masónica de la segunda parte es más reducida, aunque sacan a relucir unas supuestas negociaciones entre Albert Pike y la Reina Victoria para que la metrópoli ayudase a la Confederación a ganar la guerra (elemento totalmente apócrifo) o las posibles claves masónicas de la Estatua de la Libertad. Ante todo, La Búsqueda es una eficaz película de aventuras para ver en familia comiendo palomitas.












Ya de adolescente Walt Disney entró en la Orden de Molay y continuó siendo Masón toda su vida, siendo Grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. No es por ello casualidad que haya numerosos detalles masónicos en las obras de la Factoría Disney. Además, los cuentos infantiles que han perdurado suelen tener un sólido trasfondo arquetípico, siendo esta generalmente la razón que les ha permitido perpetuarse, y facilitando además la elaboración de análisis simbólicos desde cualquier tradición que se nos ocurra. Quiero resaltar ahora en concreto dos momentos particulares, uno perteneciente a Blancanieves y otro a La Bella Durmiente.

El primer momento corresponde a Blancanieves y los Siete Enanitos. Esta obra contiene un denso simbolismo, pero no vamos a entrar en él, sino que vamos a fijarnos en una escena muy peculiar, que es la canción de los Enanitos cuando terminan el trabajo.