LOS GRADOS FEMENINOS DEL RITO DE YORK.


Antes de comenzar, evitemos una confusión: la Masonería Antigua no desarrolló grado femenino alguno mientras esta tuvo su epicentro en Gran Bretaña. Con la fusión de Antiguos y Modernos en 1813, el Rito de York desaparece de Inglaterra (excepción hecha de los irreductibles de la Gran Logia de Wigan, cerca de Liverpool), y a partir de ese momento el Rito de York se mantendrá, con algunas variaciones menores, en las colonias del Imperio Británico, siendo en Estados Unidos donde los masones practicantes del Rito de York crearán los grados femeninos.

Debido a que los Antiguos no fundan su gran Logia hasta 1751, los orígenes de la Masonería estadounidense corresponden en exclusiva a la Masonería Moderna. Sin embargo, desde 1750 la Masonería Antigua comienza a crecer en las colonias americanas debido al alto número de ingleses inmigrantes, y también a causa de los irlandeses, que no solo llegan como colonos sino también como infantería del ejército británico, que estaba incrementando sus efectivos en suelo americano de forma notable. Hacia el comienzo de la Guerra de Independencia, el 55% de las Logias eran de patente Antigua. El hecho de que las Logias modernas, por la composición elitista de su membresía, apoyasen en mayor o menor medida a los británicos, mientras las antiguas fuese más populares y apoyasen la independencia, supuso el principio del fin para la Masonería Moderna en Estados Unidos.